Volvoreta

 La vida no es una comedia romántica, nadie se aparecerá en tu puerta declarandote su amor, no te llevarán flores ni tu dulce favorito. En la realidad no hay alguien que recuerde cada detalle de ti, cómo eres cuando te enojas o qué es lo que te hace feliz. Las películas me enseñaron a tener estándares imposibles en el amor, a creer que existe el indicado para mí, a pensar que habrá alguien por allí que me ame de la manera en que yo deseo que lo haga. La vida me ha llenado de mitos románticos y estoy harta de ellos, estoy cansada de soñar con un amor de película porque sé que eso no pasará, no habrán sorpresas ni cartas ni playlist, todo es un invento, no existe. Ya no quiero esperar cosas que no se darán, solo quiero estar tranquila. Pero, ¿qué pasa cuando así espero que te aparezcas en mi puerta? ¿qué pasa si me mantengo a la expectativa que sonará el timbre y cuando salga estés allí diciendome que te encanto y quieres estar conmigo? ¿es un estándar alto? ¿es algo imposible? Quier...

Hace siete años que te fuiste, papá y ultimamente estuve pensando en qué diferente pude haber hecho cuando aún estabas aquí. Aunque de nada me sirve pensar eso ahora, ¿cierto?  No he vuelto a soñar contigo y te extraño, cada año es un poco más dificil porque me olvido de tu rostro o de tu voz, no sabes cuanto me aferro a los recuerdos que tengo en mi memoria sobre ti, ¿es válido que quiera sentirte aún presente en mi vida? ¿En qué momento puedo dejar de pensarte cada vez que veo algo que sé que te gustaría? Incluso en tus últimos días que estuve para ti, ¿me tuviste presente? El tiempo pasó tan rápido que no pude despedirme de ti correctamente, discúlpame, papá. Espero soñar contigo hoy, lo espero con ansias. Te abrazo enormemente y espero que allá arriba andes bien peinado y afeitado (sé que no encontrarás a mejor peluquera que yo, pero tengo la esperanza que estés bien cuidado). Te amo, Ángel, nos volveremos a encontrar y te daré un beso enorme, como los que te daba cuando termin...

Te solté por mí, por ti, por ambos. ¿Es válido que te recuerde con melancolía por lo que no llegamos a ser? Hoy me puse a pensar que no llegarás a conocer el departamento donde quería construir recuerdos a tu lado, no sabré lo cómoda que se siente mi cama contigo a mi lado, ni sabrán tu nombre mis vecinos. Te extraño, pero no regresaré. No hay marcha atrás. Espero. Sigo analizando el porqué no funcionamos juntos. Quizás tenga que ver tu falta de compromiso o mi idealización de ti. ¿Y si quizás tiene algo que ver los conceptos distintos que tenemos del amor? ¿Fue correcto que me alejara tan abruptamente de tu vida? No habría podido hacerlo de otra manera, creéme. Y te pido perdón, necesitaba un límite, no podía seguir pretendiendo que no te quería en mi vida de manera exclusiva. Tonta de mí, traté de convencerme que podía hacerlo, ¿sabes? Conocer a otras personas, fingir que tenía interés alguno de sus vidas pero te veía en cada una de ellas, en cada detalle, en cada gesto y en cada mir...

Son las 03:00am y estamos echados en una habitación de hotel, mirando tres puntos fijos en el techo tratando de descifrar si forma un ángulo recto o no. Suena absurda la situación, ¿no? pero a tu lado tiene mucho sentido, me encanta y me desespera a la vez aprender cosas nuevas a tu lado. Si tú me quieres, háblame de la Revolución Industrial o de la Segunda Guerra Mundial. Veamos documentales sobre dictadores y bromea conmigo en cuántas similitudes tengo con ellos, dime cómo se relaciona Naruto con la concepción hegeliana del retorno.  Comparte conmigo el porqué de las cosas, adoro escucharte y podría hacerlo por horas. Cuéntame que pasó en tu infancia, que tan cercano eres a tu familia y cómo les demuestras que te preocupas por ellos a través de actos de servicio. Es la primera vez que me topo con un ser tan excepcional como tú y anhelo aprender tanto de ti. Hablemos de filosofía, geometría, historia universal, biología y psicología, solo si tú me quieres.

Ayer te vi por primera vez y me volví a sentir viva, con tus bromas, tus comentarios sarcásticos y tu manera de mirarme. Después de tanto tiempo, me sentí cómoda al lado de alguien y pude ser yo, creo que me estás empezando a gustar y la única canción que tengo en mi cabeza todo este tiempo es Invisible String porqué hay cosas que nos conectan, cada camino que hemos tomado hasta ahora me llevaron a ti, a un nosotros. Y me encantan los pequeños guiños que el destino me da. Estoy ansiosa por saber más de ti y acompañarte en tu mundo.

 Estoy ebria en algún bar de Miraflores y son las 03:00 am. Tengo el celular en la mano con tu chat abierto esperando que envíe el "Hola, te extraño" pero hay una parte en mi cerebro que no me permite hacerlo. Mierda, te extraño. ¿En qué momento nos volvimos dos desconocidos? ¿Aún recuerdas cuando te decía que no quería casarme y lograste convencerme de lo contrario? ¿Ya olvidaste mi risa, mis bromas y mis besos? ¿Qué soy ahora para ti? No he logrado encontrar lo que tenía contigo en alguien más y lo he intentado, créeme que lo intenté pero ya estoy cansada porque ellos no son tú y nunca serán tú.  Regresa, por favor. No soy la misma sin ti.

 Querido lector, He llegado a la conclusión que Volvoreta debe desprenderse de la armadura tan pesada que lleva todos los días para protegerse y evitar ser dañada por otros. Asi que, aquí vamos. Soy una enamorada del amor, me encantan los grandes gestos románticos y las flores, amo las cartas escritas a mano y las declaraciones de amor, suspiro cuando veo a una pareja reírse en la calle como si solo existieran ellos dos en el mundo. Tengo un corazón anhelante por besos y abrazos de la persona que me hace sentir enamorada y amada. Últimamente he estado pensando en ello, ¿sabes? Al inicio me costó aceptar eso porque pasé por una ruptura bastante dura de gestionar y odiaba cada parte sensible mía, pero ya estamos haciendo las pases y ahora si me permito sentir y brindar amor porque me encanta que mi entorno se sienta especial a mi lado. Soy una enamorada del amor y estoy segura que mi próxima relación será mi lugar seguro, porque ambos trabajaremos en ello, no sabes cuánto me emociona...

 ¿Me quedo o me voy? ¿Qué buscas o necesitas de mí? Estoy cansada de mantenerme a la espera constante a que te decidas, pero ya no más. Tengo mis maletas listas, la puerta entreabierta aguarda por mí y solo debo poner un pie fuera. Ya no seré Penélope, el tejido ya se deshizo y no deseo volver a tejerlo, no hay más pretendientes pero no es necesario, no estoy lista para un vínculo amoroso de esta manera, donde debo estar expectante de si soy elegida, si ya estás listo, si por fin vendrás a buscarme. Así que me voy y espero no volver.

 ¿Soy incapaz de sentir algo? En ocasiones pienso que, mis emociones están guardadas en un frasco hermético, al fondo del almacén, en un lugar precariamente iluminado. De vez en cuando quiero acercarme y enciendo la luz en su totalidad, observo el frasco a lo lejos y me acobardo. No estoy lista, no puedo ofrecer todo de mí a otra persona, tengo miedo de salir lastimada nuevamente, no quiero, no deseo, no busco. Pero, ¿cuándo seré capaz de amar?  He salido y conocido a diversas personalidades, pero nada es nuevo y se vuelve parte de la rutina el sonreír y fingir que estoy interesada en su color favorito, a qué se dedica y que hace en sus tiempos libres. Estoy harta, cansada y molesta de ser incapaz de sentir. ¿Dónde quedó Volvoreta emocionada por conocer a alguien nuevo? ¿Dónde quedó Volvoreta enamorada?

 Quizás en otra vida, estamos despertando un domingo directo a tomar café y tomar desayuno. Y quizás luego vayamos a almorzar con tu madre y a esta hora tú estés trabajando y yo viendo alguna serie en el televisor de tu cuarto. ¿Mas tarde nos acurrucariamos en tu cama y te diría lo mucho que te amo? Es curioso cómo el fin de semana se siente tan familiar a tu lado. Quizás en otra vida seguimos juntos y yo siga mandándote canciones que me hagan pensar en ti o regalándote notas de amor, quizás en otra vida estamos haciendo las cosas bien y ninguno de los dos se siente obligado a permanecer en un vínculo nada saludable para ambos. Quizás en otra vida hemos sabido gestionar los inconvenientes de la relación y somos muy felices juntos.  Quizás en otra vida no me sienta desplazada ni esté llorando por ti.  Quizás en otra vida, me sienta amada.

 Es bien sabido que la culpa y yo no somos mejores amigas, porque me fastidia, me incomoda y me molesta. Porque de repente tengo cinco años y aparece la culpa por no poder ayudar a mi madre a que deje de llorar, porque no puedo resolver los problemas que ocurren en casa, porque no puedo dejar que mis padres dejen de discutir. Y ahora tengo diez años y aparece la culpa por no poder cumplir con lo que prometo a los demás, porque debo pretender que "soy muy madura para mi edad", porque debo ayudar a tomar decisiones a personas que pueden cuidarse por sí mismas. Y a los quince, la culpa crece, aumenta. Porque me equivoqué, porque no era el momento, porque me apartaron y desde allí no he vuelto a pertenecer a algún grupo en específico, porque no soy alguien sociable. Es aquí donde la culpa conoce a alguien que nos acompañará por mucho tiempo; el miedo. A los 17 la culpa me lleva a pensar que yo fui responsable por los golpes y el maltrato recibidos, porque no debí usar ese pantaló...

 Quiero sentirme amada nuevamente, los besos en la frente, los mensajes de buenos días, las citas y esa ilusión inicial de cuándo estás conociendo a alguien y hay quimica por doquier. Quiero brindarle todo mi amor a esa persona, ser intensa con mis emociones, quiero escribir cartas de amor y dedicar canciones. Quiero brindar mi apoyo incondicionalmente, acompañarle a hacer las compras y quiero formar parte de su espacio. Quiero estar presente en pequeños detalles, en su día a día, quiero ayudarle cuando lo necesite y me lo pida. Quiero tener discusiones que terminen en acuerdos, comprensión y besos. Quiero dormir con esa persona, abrazarla en las noches que tenga pesadillas y sentirme protegida con su presencia. Quiero ir a cafés, museos o a cualquier otro lugar que se nos ocurra, quiero sostener su mano mientras disfrutamos de nuevas aventuras. Quiero crecer al lado de alguien, quiero sumar con mi presencia, quiero que la persona se sienta amada por mí. Quiero sentirme amada y qui...

Debería ponerme más límites en mi interacción contigo, tengo miedo que las cosas se terminen confundiendo y retroceder lo que he venido avanzando hasta ahora. Dios, tengo tanto miedo y me siento sola, no quiero sentir que estoy dando mucho de nuevo, no lo deseo, me rehúso a sentirme así nuevamente. Debo poner límites y debo respetarlos, debo entender que quizás la reciprocidad que tanto busco puede terminar siendo una táctica manipulatoria para recibir lo que tanto deseo. Son tantas cosas en qué pensar y analizar, por ahora solo deseo dejar de sentirme pequeña y menospreciada, necesito tanto un abrazo.

 Mi espacio ya no es mi espacio, todo está acumulado y me siento atrapada en un lugar que ya no se siente seguro. ¿Cómo puedo recuperar mi tranquilidad? Solo deseo sentirme cómoda en mi cuarto, pero tampoco tengo eso. ¿Podré escaparme de tu control alguna vez?  Todo avance que pudimos haber tenido en estas semanas, no está, no existe, desapareció en una noche. En verdad, deseo poder todo tipo de barrera entre tú y yo, deja de molestarme, de querer controlarme porque lo único que logras es alejarme. Eres tan absurda con tus conductas y pensamientos que en verdad me das lástima como persona y detesto que no cumplas con las cosas que dices que harás. Dios, cómo detesto cuando haces eso, no me prometas cosas que no cumplirás a largo plazo. Solo déjame estar tranquila, lo necesito. No me hables, pretende que no existo, por favor.

 Desde que inicié mi vida amorosa, he escuchado frases como: "no te merezco" "eres increíble, mereces estar con alguien mejor que yo" "perdón por no ser la persona que buscabas" y "eres la mejor novia que haya podido tener". Estoy harta de escuchar eso, no lo entiendo, no entiendo que debo hacer para detener esas frases en mi vida.  Muchas veces he pensado en dejar de amar cómo lo hago, pero no puedo cambiar mi esencia, me encanta ofrecer todo de mi a la otra persona y eso nunca es suficiente o se siente como demasiado. Mierda, estoy harta. ¿Cuándo será el día en que escuche: "mereces lo mejor y haré todo lo posible para dártelo porque te amo, podemos crecer juntos"? En ocasiones, solo se siente como que estoy pidiendo demasiado a otros y ya estoy cansada de sentirme demasiado. Todas las personas que conozco (o he conocido) me dicen: "que afortunada es la persona que sea amada por ti" "tienes una manera de demostrar amor ...