Una simple conversación
- Hola. - dijo él.
- Hola, dime, ¿pasa algo? - dijo ella.
- Necesito conversar contigo, sobre nosotros, sobre lo que pasó. -
- ¿Nosotros? Pensé que no había un nosotros, tú lo dejaste en claro la última vez que conversamos. - dijo ella, sintiendo las lágrimas venir a sus ojos. -
- Lo sé, mantengo mi postura. Pero te extraño, extraño conversar contigo, extraño ver películas a la distancia, nos extraño. -
- ¿Sabes algo? Nunca te pude entender del todo, tanta incoherencia, tanto desorden. Un día estas enamorado de mí y al siguiente ya no o ya no sabes lo que sientes. ¿De qué me sirve que me extrañes si las cosas serán iguales? Lo peor de todo es que me detesto por también extrañarte y no poder olvidarme tan rápido de ti, estoy cansada de llorarte y pensar en ti todas las malditas noches. No puedo conocer a más personas porque en todas ellas te encuentro, me arruinaste totalmente. Te has robado mi cordura y mis ganas de enamorarme, todo mi ser te pertenece, ¿por qué no podemos estar juntos? ¿Acaso no me quieres también? ¿No soy suficiente para ti? Por mas que me esfuerce, nunca es suficiente para ti y estoy cansada. Decidí alejarme de una vez por todas porque no aguanto ser solo tu amiga, estoy enamorada de ti, listo. Lo dije. Te quiero y probablemente sea algo más pero no tengo el puto coraje de admitir que te amo, que te he amado desde hace dos años. Me da miedo decirte que me encanta pasar tiempo contigo, que me pongo contenta al verte, que añoro cada recuerdo que formo a tu lado. Ahora he quedado en ridículo frente a ti, ¿estás contento? - dijo ella, lágrimas recorriendo su rostro, sintiendo el impulso de acercarse para tocarlo, sabe que probablemente sea la última vez que lo vea. -
- Te dije desde un inicio que no íbamos a llegar a nada, te dije que no podía ofrecerte una relación como quieres, que erámos diferentes, tú lo notaste apenas nos conocimos. - dijo él sin reparos.
- ¿Pero me quieres? ¿Sientes algo por mí? ¿Estás enamorado de mí?. -
- ¿De qué me sirve admitir que estoy enamorado de ti si no tendremos una relación?
- ¿Entonces por qué vuelves a buscarme?
- No lo estoy haciendo, ¿no te das cuenta que nunca tuvimos esta conversación, Angélica?
La luz del amanecer se coló por la ventana de mi cuarto, despertándome.
Comentarios
Publicar un comentario